Para Don Daniel con verdadera gratitud por las excelencias de su horchata. Y no es una broma, lo único que me disgusta de Oriente es que allí no hay horchata, mi bebida favorita incluso para desayunar. Se lo digo con triple corazón de moro, judío y cristiano. Y con amistad.
Sanchez Dragó - 15/3/1986